Población priorizada, pero no necesariamente la única.
Respeto, ejercicio y disfrute de sus
derechos.
Inclusión, respeto y valoración de la
diversidad.
Mismas oportunidades, condiciones
y formas de trato entre hombres y mujeres.
Acceso en igualdad a servicios que
procuren bienestar y desarrollo.
Convivencia armónica y pacífica en
la diferencia.
Convicción y vocación solidaria en
la atención.
Responsabilidad humana y profesional con el cambio y el desarrollo integral.
Resguardo ético y profesional de
información y registros.
Confianza y rendición de cuentas en la gestión institucional.
Población priorizada, pero no necesariamente la única.
Niñas, niños, adolescentes, personas adultas y sus familias que viven en situaciones de violencia, riesgo y vulnerabilidad.
Comunidades en su rol de protección y prevención de la violencia.
Autoridades políticas de gobierno a diferentes niveles.
Instituciones garantes de derechos de la niñez y adolescencia.